jueves, 20 de enero de 2011

¿JUGAR ES SOLO COSA DE NIÑOS?

Leía el otro día un artículo en el que Elvira Lindo hablaba sobre jugar, los juegos y la falta que les hacen a los niños, ahora que una gran cantidad de su tiempo libre lo pasan en el ordenador.
La verdad, es que el juego es esencial en la vida de las personas, desde pequeñitos hasta ancianitos. Sin embargo, la creencia popular es que jugar es cosa de niños. Los adultos no juegan, son responsables, trabajan, se preocupan por muchas cosas.
Qué aburrimiento, pues, ser adulto ¿no os parece?
¿Y si lo cierto fuera que jugar es la esencia de la vida?
Tal vez si observáramos con agudeza nuestro entorno, supiéramos más y fuéramos más felices. Los niños, cuando juegan, se entregan al juego, con todo su cuerpo, su mente y su corazón. No existe nada más, en ese momento, que lo que están viviendo. Esto es la pasión.
¿No es así el mejor modo de vivir la vida? ¿Entregados al presente, conectados con nosotros mismos, sintiendo con intensidad aquello que vivimos?
Una definición de "adulto" que me gustó mucho, es la siguiente: un adulto es aquella persona que sabe cuidar de si mismo. Un adulto, pues, puede cuidar de si mismo (ocuparse de las cosas que necesita y quiere) sin perder la pasión, el goce y la alegría de vivir.
Podemos trabajar, atender la familia y amigos, viajar, descansar, crear, sin necesidad de sentirlo como una obligación, como una carga.
Otra definición que me gusta mucho es la de "responsabilidad", dice así: responsabilidad es la capacidad de responder (y no hace mención a sobrellevar cargas).
De manera que un adulto puede responder a su vida, cuidando de si mismo y de aquellas cosas o personas que ha elegido, y vivir apasionadamente.
Jugar definido así, me parece que es el truco para ser feliz.
Entretenerse, forma parte también del juego de la vida. El ajedrez, el fútbol, los crucigramas, el mus, los videojuegos, son formas de pasar el rato, aprendiendo habilidades y desde luego, también disfrutando.
¿Cuánto juego hay en tu vida? ¿Cuánta pasión? ¿Cuánto deleite?
Ponle más, seguro que cabe.Ah, y no te creas todo lo que oyes sobre ser serio y ser como es debido, existen muchas leyendas urbanas al respecto...


jueves, 13 de enero de 2011

EL MAGO DE TERRAMAR O LA IMPORTANCIA DE LAS PALABRAS

Desde la Psiconeurolingüística¨(PNL), se estudia cómo procesa el lenguaje el cerebro, cómo lo que decimos es descodificado para ser comprendido. En este sentido, las palabras y cómo se dicen las palabras, incluso el lugar (antes o después) que ocupan en la frase, modifica el mensaje que recibimos. Se entiende, no sólo el lenguaje con el que otro se comunica con nosotros, sino el lenguaje que utilizamos para comunicarnos con nosotros mismos. De hecho, y en la edad adulta, este diálogo interior es el que más nos afecta, para bien (alentándonos, sosteniéndonos, comprendiéndonos) o para mal (censurándonos, limitándonos), pues el juicio de valor que nos regula, no es el de los otros, sino el propio juicio que hacemos de nosotros.
Os pongo un ejemplo: observemos la conjunción "pero". Su efecto PNL es el de "borrador" de la frase anterior, es decir, que nuestro cerebro sólo tiene en cuenta el mensaje que viene "detrás" del pero, olvidando lo que hay "delante". Fue una fiesta estupenda, pero al final me manché el vestido y lo acabé teniendo que tirar. Así pues, el mensaje es que fue un desastre pues perdí un bonito vestido. Veamos ahora: Me manché el vestido y lo tuve que tirar, pero fue una fiesta estupenda. ¿Qué os parece? Ahora lo del vestido no tiene importancia, lo que asimilamos es que fue una fiesta estupenda.
Quiero recomendaros EL MAGO DE TERRAMAR, de Ursula K. Leguin, que siendo una historia de ficción fantástica, desarrolla a lo largo del libro con una fina intuición psicológica, el valor y el poder de las palabras. Es para leerlo y disfrutar, pero también para reflexionar profundamente, cuánto nos hablamos con palabras verdaderas o con falsas palabras que nos anclan, nos deforman, nos confunden, nos hacen dejar de ser nosotros mismos...