martes, 24 de septiembre de 2013

CUANDO A LAS PERSONAS BUENAS, NOS PASAN COSAS MALAS


Las cosas, no son ni buenas ni malas, las cosas, son. El modo cómo interpretamos que son, no está en función de la cosa que ocurre, sino de nuestros propios referentes, de nuestra experiencia, incluso de cómo nuestra biología reacciona ante lo que nos ocurre.
Así, a una cosa buena, si nos asusta (porque en el pasado hemos aprendido que tras una cosa buena, llega una cosa mala) ya le estamos dando un matiz emocional negativo, que es nuestro, no de lo que nos sucede.


Por otro lado, y según en qué nos estamos enfocando, nuestra mente puede conectar inconscientemente con aspectos negativos, o que nos atemorizan, y sin darnos cuenta, estamos negativizando eso en lo que estamos enfocados y comienzan a salir problemas, que nos amargan esa experiencia que conscientemente, creemos limpia de objeciones, positiva, feliz.
Es cuando las personas buenas se sienten confundidas, porque a pesar de actuar desde lo mejor, se encuentran con elementos que rompen el flujo armónico de lo que están construyendo, son como bofetadas que sienten en las mejillas, que les violenta, que les hace sentir "castigadas".
Pero no. No es un castigo.
La cuestión es comprender que nuestra mente es compleja (que no complicada). Leí el otro día una definición de mente que me encantó: "La mente es el producto de los procesos del cerebro". Qué buena definición. Muchas veces olvidamos la parte física de nuestra existencia. Somos bioquímica e impulsos eléctricos. La biología también interviene en lo que pensamos y sentimos.
La cuestión es comprender que somos los creadores de lo que nos pasa. Por un lado, porque creamos las condiciones en nuestra vida: una actitud positiva nos aporta siempre fortaleza, acción, valentía, serenidad, inteligencia..Una actitud negativa, nos debilita, nos hace sufrir, nos hace sentir indefensos, incapaces, rabiosos, enfadados..


Y por otro, porque interpretamos lo que vivimos. Es en esta interpretación dónde radica el quid de la cuestión: esta explicación que damos a los hechos, no es sólo consciente, sino también inconsciente. Es en esta parte de nuestra memoria emocional donde se archiva lo que nos hirió, y lo enganchamos a todo aquello que se parece, a lo que nos hirió. Esto provoca una reacción -asimismo bioquímica- de escape, de huida, de evitación, de sometimiento, de indefensión...que se manifiesta en nuestra realidad como obstáculos, problemas, negatividad, en suma: cosas malas.


Las cosas malas no existen. Esta es una verdad que hay que asumir. Sólo existe una mala interpretación de los hechos, de los sentimientos, de los recuerdos. Una enfermedad grave (una cosa mala) puede ayudarnos a llegar a un nivel de comprensión de nuestro ser mucho más profunda, puede ayudarnos a ser más quienes somos, a desprendernos de recuerdos que nos limitan, que nos encadenan. Arruinarse económicamente (otra cosa mala) puede desvelar una creencia inconsciente muy negativa hacia el dinero, y servir para liberarnos de ella y crear una nueva forma de prosperar, sin límites, mucho más acorde con quienes somos. Separarnos o perder a un ser amado (una cosa malísima) puede enseñarnos a amarnos mejor a nosotros mismos, a valorar más la complejidad de esa persona, puede abrirnos unos horizontes jamás pensados.
Las cosas buenas no existen. Es otra verdad que hay que asumir. Sólo existe una buena interpretación de los hechos, de los sentimientos, de los recuerdos.
Si no existen ni las cosas buenas ni las cosas malas, ¿qué es lo que existe?
Existimos nosotros y nuestra increíble capacidad para crear nuestra realidad. 
Este es un concepto que cuesta de asimilar, por lo que la sociedad cree al respecto, por lo que creen las religiones al respecto...pero no porque cueste no vamos a asimilarlo.
Tenemos una oportunidad maravillosa mientras estamos vivos de creer y de crear nuestro mundo. Tenemos la capacidad de decidir en qué queremos creer y qué deseamos crear. Hemos de superar la dificultad de nuestra memoria emocional y biológica, que está firmemente instaurada en nuestro sistema y guía nuestras elecciones conscientes, desde el inconsciente.
Podemos llegar hasta ellas y re-modelarlas para que sean buenas para nosotros.
Sí, cuesta mucho, es cierto.  Una de las razones de este coste, es, que somos conservadores por naturaleza. Todo cambio es percibido como una amenaza, y nos resistimos a él, hasta el límite.
Pero podemos. Esto es lo que tiene que resonar en nuestra mente: po-de-mos. Y sabiendo que podemos, buscar el cómo. 
Si quieres sentirte bien, ser feliz, ser tú mismo o tú misma, sabe que PUEDES. Busca la manera. Encuéntrala. Y sino, ayúdate de un profesional. Atrévete y sal de tu zona de confort. Tu vida es tuya, impide que las experiencias de otros o tus propias y malas experiencias, conduzcan tu existencia.
Cada nuevo día nos brinda otra ocasión, otra oportunidad.
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miércoles, 18 de septiembre de 2013

VISUALIZACIÓN: BORRAR EL PASADO

REVISAR Y BORRAR EL PASADO

Es una visualización para eliminar la influencia del pasado. Hazla una vez al día durante máximo 7 minutos, para cada parte, en un ciclo de 21 días.
Tiene dos partes, primero haz la primera e inmediatamente después la segunda.

PARTE PRIMERA
Cierra los ojos y exhala tres veces.
Delante de un espejo de cuerpo entero, presencia, siente, conoce y vive en orden cronológico todos los lugares o sucesos turbadores significativos de tu vida, que puedas recordar desde la temprana niñez hasta el momento presente.
En cuanto termines y manteniendo los ojos cerrados, exhala de nuevo tres veces.
Mira al espejo de nuevo y ve, siente, experimenta, identifica y vive corrigiendo esos acontecimientos y lugares turbadores en orden cronológico inverso, empezando desde el presente y remontándote hasta las primeras etapas de la infancia.
Para hechos o lugares imposibles de corregir, imagínate a ti mismo arrastrándolos hacia el lado izquierdo del espejo con una manguera de bombero, de la que mana agua a mucha presión.
Mantén los ojos cerrados. Exhala otra vez, y delante del espejo, ve, siente, experimenta, identifica y vive de nuevo esos acontecimientos, ahora corregidos, con un pasado distinto y un nuevo presente. Corregirlos significa que en tu mente, tú actúas y sientes de un modo diferente a cómo te sentiste y actuaste entonces. Lo que tú puedes cambiar sólo es tu reacción, no la reacción de los demás.
Una vez hecho esto, plantéate cómo quieres ser tú dentro de un año, dos años y cinco años, a partir de ahora que has saneado tu pasado.
Cuando hayas concluido, abre los ojos.

PARTE SEGUNDA
Después, haz exactamente el mismo procedimiento para esta parte segunda. En esa ocasión en vez de considerar sucesos y lugares turbadores, se trata de presenciar, sentir, presenciar, conocer y vivir los errores y defectos significativos en tu vida.

Cuando hayas terminado también con esta parte, abre los ojos y recupérate




¿SE PUEDE BORRAR EL PASADO?

La primera cuestión es ¿qué es lo que hemos de borrar? ¿Los hechos acontecidos o el impacto emocional de esos hechos?
Muchas veces, lo que nos pesa sin parar no es tanto lo que ocurrió -puede ser, objetivamente, algo sin importancia- sino cómo nos marcó emocionalmente.
El dolor emocional, la brecha que causa en nuestros sentimientos, cómo se mantiene la intensidad a lo largo del tiempo, no están directamente relacionados con la causa objetiva, con los sucesos que hubieron.
Se relaciona mucho más con la interpretación que nosotros le damos a esos sucesos, con nuestro marco de referencia dónde situarlos; se relaciona más con nuestra capacidad de respuesta inmediata, con la sensación o no, de indefensión.


Los hechos, desde luego no pueden cambiarse. Sin embargo, esto no es tan importante, puesto que lo que de verdad es útil y real, es que el impacto emocional, la interpretación que le dimos en su día, eso, eso sí que se puede cambiar, borrar, modificar.
Para conseguirlo no hace falta tanto: saber trabajar con la mente.
¿Quieres borrar lastres de tu pasado? Entonces, lee con atención:
  • Lo primero, estar dispuesto o dispuesta a enfrentar tus errores, debilidades y cobardías pasadas
  • Segundo: querer ser más quién eres, más completo o más completa, sin cargas que te frenan
  • Tercero, admitir que la mente es muy poderosa pero que hay que saber cómo darle las órdenes para que las entienda y las ejecute
  • Hacer la visualización Borrar el Pasado tantas veces como necesites para sentirte libre de esos recuerdos limitadores
Voy a colgar esta visualización en el Índice de este Blog, allí podrás encontrarla.

Ahora bien, ¿qué pasará ahora que tus recuerdos son otros? ¿Qué historias internas van a desmontarse? Si resulta que eres más valiente de lo que pensabas, o más rebelde, o más fuerte...¿qué excusa vas a tener en tu presente para evadir ciertas acciones y reacciones?
Estas y otras cuestiones son, las que inconscientemente boicotean una verdadera limpieza y sanación interior.



Desde pequeñitos nos han inculcado la idea de que somos débiles, cobardes, inapropiados, vulnerables al mundo, y que hemos de protegernos al máximo de los peligros de estar vivos. Que hemos de obedecer a los que son mejores que nosotros, porque ellos saben, porque ellos deciden.
Sí, el mundo es peligroso, y la vida también. El mayor peligro que tiene la vida resulta que es, precisamente, perderla, o sea, morir.
Pero no por eso hay que quedarse debajo de la cama esperando a que el monstruo se largue de la habitación.
Esas creencias -que son personales, es decir, que son producto de la vivencia de otras personas, pero no las únicas opciones para vivir la vida- crean a lo largo de la infancia lo que se llama el Factor Crítico.


Este factor crítico tiene como objetivo la protección de nuestro ser a nivel emocional. Toda herida emocional, todo impacto, todo lo que puede hacernos daño, pretende ser esquivado por este factor crítico.
Sin embargo, muy lejos de ayudarnos de verdad, lo que provoca es que a nivel inconsciente guíen nuestras decisiones unos patrones falsos, debilitadores, ajenos a nuestra naturaleza. Como ocurre tantas veces, lo que quiere proteger, en realidad encarcela.
Por eso, tantas veces lo que deseamos se niega a aparecer. Por eso, tantas veces intentamos cambiar cosas en nuestra vida, en nuestros hábitos, y nada: parece que algo se transforma pero al final, queda como siempre.
Borrar el pasado significa que podemos desactivar esos patrones mentales -yo les llamo Memorias Antiguas-, que podemos contrarrestar la fuerza inmensa del Factor Crítico y al final, ser capaces de asumir quienes somos de verdad y vivir coherentes con ello.
Esto también simboliza -borrar el pasado- que la felicidad es perfectamente alcanzable para cualquiera, idea que nunca nos han transmitido y que nos cuesta muchísimo de creer. Pero sí que es cierto. La felicidad está muy cerca de nosotros. es más, yo digo que la felicidad está en nosotros.
La cuestión: ¿queremos hallarla, asumirla, gozarla?


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lunes, 2 de septiembre de 2013

AVANCE TALLERES MUNDO EMOCIONAL

TALLERES DE PSICOLOGÍA

SEPTIEMBRE HA LLEGADO, NUEVO CURSO, NUEVAS ASPIRACIONES.
AVANCE DE PROYECTOS:
Gratuitos y en vivo online:
MEDITACIÓN HO'OPONOPONO
CHARLAS DE INTRODUCCIÓN A LOS CURSOS
SESIÓN MENSUAL DE EMPODERAMIENTO PARA MUJERES
Con honorarios y en vivo online:
CONCILIAR PROFESIÓN CON FAMILIA:CLAVES DE UNA VIDA FELIZ
DESCUBRIENDO TUS TALENTOS
BORRAR LAS MEMORIAS ANTIGUAS QUE TE LIMITAN

Pronto, más detalles y más propuestas
¡Feliz Septiembre!


VÍDEO LOUISE HAY EN ESPAÑOL: TUS PENSAMIENTOS CREAN TU VIDA

En este vídeo de Louise Hay, nos cuentan (en español) el impacto de lo que pensamos sobre nuestra vida, nuestra salud, nuestros deseos.
Son 49 minutos (no hace falta que lo veas de una vez) que valen la pena.
Muchas de las cosas que dice ya las sabemos, pero escuchadas ofrecen una nueva dimensión de lo sabido.
Te recomiendo que lo veas y que si te gusta, lo compartas. El conocimiento está para ser comunicado, otra persona puede necesitarlo. ¡Gracias!


¿PASIÓN Y VULNERABILIDAD?


Elefantes poniendo pasión, todo su ser, en sacudir arena. Gigantes provocando oleadas rojas. Se están divirtiendo. Viven en su presente. Son.

Ya lo hemos escuchado muchas veces, y es más, lo sabemos en el fondo de nuestro corazón, que sin pasión, esa energía creadora que nos arrebata, ese impulso, esa constancia, esa curiosidad que no se sacia, todo lo que hacemos nos aburre, nos cansa. 
Ama lo que haces, dicen, o Haz lo que amas.
Sin embargo, nadie nos ha explicado que la pasión también nos destruye si no somos conscientes de nuestra vulnerabilidad.
Quizás es por eso, por ese temor a ser fagocitados por nuestra propia emoción, eso que intuimos pero que no es lo bastante consciente, sea una de las razones por las que nos convertimos en desapasionados y tenemos que sufrir las consecuencias de serlo: alejarnos de nuestro verdadero ser, tristeza ocultada pero que impregna nuestras células, desamor, fracaso, ruptura interna, hastío, decepción...
Cuando somos pequeños nos inundan con cientos de frases hijas del miedo y de la negación, pensamientos que se van engranando en un sistema de pensamiento que más tarde y sin saberlo, será el que guiará nuestras percepciones y nuestras decisiones.
Somos vulnerables, claro que sí. Pero vulnerable no es igual a débil. Vulnerable significa susceptible de recibir daño, o físico o emocional. Nos rasgamos un dedo con una hoja de papel, nos caemos y nos rompemos una pierna, alguien quiere separarse de nosotros, nos deja. Se muere una persona amada, perdemos la salud, perdemos la casa, nos hacemos viejos...
Sí, es así. Pero no es malo, es nuestra naturaleza. Lo que tampoco nos han explicado es que precisamente, nuestra naturaleza al ser emocional, está preparada para todos estos avatares. Es como el jaguar, está en su naturaleza ser extraordinariamente veloz. O como el delfín, nadar pero respirar aire (porque es un mamífero, no un pez). O como el jilguero, cantar sin parar. Están preparados para correr, para nadar, para cantar y saben instintivamente qué hacer ante los problemas que se les presentan en su cualidad natural.
Somos seres emocionales. ¿Qué quiere decir esto? Pues que Pensamiento y Emoción se dan casi juntos, pero quien prevalece tanto en la percepción como en la decisión, es la emoción.
Los vendedores lo saben y por eso dicen Nunca se vende, siempre se compra, refiriéndose a que por bueno que sea el producto o servicio, sólo si el comprador vibra emocionalmente con él, va a adquirirlo (si tiene el dinero que cuesta).
De este modo, somos vulnerables (somos susceptibles de ser impactados) por las emociones que suscita la vida que vivimos. Pero asimismo, somos capaces de manejar este impacto e impedir que nos haga daño. Nuestra vulnerabilidad en realidad es un don precioso, ya que nos permite sentir muchos matices de sentimientos, de emociones, de la belleza, de la vida que nos envuelve. La frialdad emocional, o la negación de esta capacidad de ser impactados por las emociones, conduce a la insensibilidad, al empalidecimiento de los valores humanos, al egoísmo exacerbado, a la crueldad.
No es más fuerte el que no se conmueve o compadece, sino aquel que a pesar de conmoverse y compadecerse, es capaz de pensar con claridad y actuar para el mayor bien. Es como aquella frase que dice No es más valiente el que no se cae, sino aquel que cayéndose, es capaz de levantarse.
Podemos recuperar nuestra capacidad de guiar y conducir las emociones, no digo que vaya a ser fácil pero sí que desde luego valdrá la pena.
Reconocer a las emociones es el primer paso.
Aceptar que todas, absolutamente todas nuestras emociones son válidas y valiosas (sí, incluso el odio y el rencor) por el mero hecho de sentirlas, por que nos indica que algo o alguien nos ha provocado esa sensación emocional. Este es el segundo paso y que implica abandonar las ideas de la infancia que nos instaban a negar ciertas emociones porque eran malas.
Y cambiar el esquema preconcebido, es el tercero de los pasos. Este cambio es dejarnos guiar por las emociones, dejar que sean ellas las que nos señalen qué nos está impactando, afectando, para ser entonces nosotros quien decidamos que hacemos con esa emoción que nos altera: vivirla en ese momento, desarrolarla (llorar, gritar, correr, golpear -a algo no a alguien-), o dejarlo para después en un momento mejor, más apropiado (esto es la serenidad), analizarla al sentirla y ver que nos muestra de nosotros mismos, y algunas otras opciones.
Nuestra mente está preparada para hacer esto. Responde siempre a las preguntas que le formulamos. Es capaz de poner en stand by cualquier cosa (emoción, recuerdo, acción), acepta nuestras decisiones si las formulamos de la manera como la mente las entiende.
Podemos ser vulnerables y fuertes al mismo tiempo.
Podemos conmovernos y ser capaces de pensar con claridad.
Podemos estar muy tristes por algo, pero felices por otras cosas.
Sí, emociones opuestas pueden convivir juntas sin fastidiarse la una a la otra.
Es sano sentir emociones diferentes o contrarias. Porque es lo que sentimos, y todo lo que sentimos está bien. Lo que no significa que si odiamos al vecino del quinto, subamos y le acuchillemos. No. Podemos imaginar como lo acuchillamos pero, dado que estamos cuerdos, jamás se nos ocurrirá hacerlo en la realidad, fuera de nuestra mente. Podemos experimentar el odio, aprender sobre nosotros a través de este odio, podemos diluir el odio cuando ya nos deja de afectar, hasta dejarlo en nada.
Esto podemos hacerlo con cualquiera de los sentimientos que tengamos.
Como siempre, hace falta:
  • Ganas (de verdad, deseo imparable de alcanzarlo)
  • Calma (que hasta que llega, estamos en paz, vivimos cada uno de nuestros días sin echarlo en falta)
  • Conocimiento ( cómo se hace en la mente, de qué manera, con qué herramientas)
  • Práctica (entrenar es esencial para dominar una nueva habilidad)
Así que, escucha:
Eres vulnerable y fuerte. A la vez. Tus emociones te guían y tú decides lo que haces. Puedes aprender cómo gestionar todo esto. Puedes ser mucho más feliz de lo que te han dicho que es la felicidad. Depende de ti.
Si quieres saber más, ya sabes, contacta conmigo.
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