LIBROS QUE NOS AYUDAN

PENSAMIENTOS DEL CORAZÓN. Louis L. Hay. Ed. Urano
Es otro libro que tiene años, pero que sigue vigente y potente.
Cada página nos describe cualidades que poseemos, libertades que podemos reclamar, pensamientos que son como un bálsamo para los corazones heridos.
Es un libro de cabecera, de ésos que cada día podemos abrir al azar y la página elegida nos sorprenderá con un pensamiento o una emoción, que es la que justamente, necesitamos en ese momento.



LOS CUATRO ACUERDOS. Miguel Ruiz. Ed. Urano
Es un libro que ya tiene sus añitos, pero sigue siendo igualment válido y valioso.

Explica como la confusión (mitote) de las palabras y creencias, nos tiene encerrados en un mundo irreal que nosotros creemos que es el mundo en que vivimos.

Recuerda en algunos momentos el mito de la cueva de Aristóteles, pero es que el verdadero conocimiento nace en la antigüedad y hemos sido los humanos quienes lo hemos ocultado y distorsionado a lo largo de los siglos.

Es un libro que muestra con claridad un camino para recuperar nuestra libertad, en nuestra mente primero y en el mundo material, después.




EXCUSAS PARA NO PENSAR. Eduard Punset. Ed. Círculo de lectores

Como siempre Eduard Punset nos lleva de viaje hasta las emociones, cómo ocurren y cómo podemos manejarlas mejor, con el objetivo de alcanzar un mayor grado de felicidad diaria.
También son excelentes sus otros libros y desde luego, Redes, tanto el programa de televisión como la revista.


Cuerpo-mente, conexión curativa. Debbie Shapiro. Ed, Urano.

Un libro excelente que explica cómo las enfermedades se co-crean con emociones bloqueadas, que no tienen otro camino que el cuerpo para expresarse, y llegar a la conciencia.
Muy curioso, que al buscar una enfermedad nuestra o de alguien muy cercano, la explicación que ofrece, coincide plenamente con la situación emocional que se tenía al desarrollar la enfermedad.
Da un poco de vértigo asimilar que la salud o la enfermedad no dependen sólo de variables fisiológicas, sino que dependen de nosotros mismos, de cuánto aceptamos nuestra vida o de cuánto la rechazamos...
Un libro de cabecera para ayudarnos a comprender lo que nos pasa en cada momento, siguiendo las señales de nuestro cuerpo.
Por ejemplo, las alergias, aparte de los elementos alergógenos, se refieren a qué persona es la que nos causa alergia....
Muy recomendable su lectura continuada.


Me doy permiso. Joaquín Argente. Ed. Obelisco

Este es un pequeño libro que descubrí hace ya bastantes años, concretamente en 1999, y que es un verdadero tesoro.

Parte de la idea de que en nuestra infancia aprendemos a interiorizar eso que tanto se les dice a los niños: "no puedes hacer eso", de tal modo que una voz en nuestro interior nos lo repite -ya de adultos- y somos nosotros mismos quienes nos ponemos dificultades y palos en las ruedas para avanzar y ser quienes somos.

Por eso va escribiendo a lo largo de todo el libro detrás de la frase me doy permiso muchas de las cosas que nos impedimos a nosotros mismos porque le hacemos caso a esa voz que en la infancia nos controlaba.

Yo recomiendo -y creo que él también- elegir las que más revelan nuestras carencias y grabarlas con nuestra propia voz. Escucharlas muy a menudo y muchas veces hasta que neutralicen la antigua voz controladora y recuperemos plenamente nuestra capacidad de elegir ser quienes somos de verdad.

A veces no reconocemos nuestra voz -porque nosotros la oímos por fuera pero también por dentro- y no es efectivo. Podemos pedirle a alguien de confianza que nos grabe la cinta con su voz amiga y entonces funciona la mar de bien.

Ahora lee atentamente y deja que penetren en tu mente algunas de las ideas que transmite el libro Me doy permiso. Si puedes, grábalas en un CD o en un MP3 y escúchalas a diario durante un mes. Inventa las tuyas propias. Observa qué es lo que pasa.


Me doy permiso para equivocarme. No una vez, sino todas las veces que me hagan falta.

Me doy permiso para decirle a quien me critique, que no lo haga más, porque la única persona que sabe profundamente de mí, soy yo mismo/a.

Me doy permiso para disfrutar plenamente de la sexualidad y abandonar las ideas culturales, familiares y religiosas sobre el sexo, que tengo colocadas en mi cabeza.

Me doy permiso para abandonar un trabajo que me corrompe y me aleja de mí mismo/a. Puedo hacer más de una cosa bien, incluso alguna muy bien, y creo firmemente que en una vida se pueden vivir varias vidas.

Me doy permiso para dejar salir al niño o la niña que fui. Para saltar de alegría o llorar desconsoladamente, sin trabas, sin que me importe el que dirán.

Me doy permiso para renunciar a un compromiso. Nada es eterno y los compromisos tampoco. Por supuesto, no por seguir el azar de mis deseos y dejar al otro colgado, sino porque realmente ha sido un compromiso surgido no de la autenticidad sino de la obligación cultural.